Gracias al esfuerzo individual y colectivo de miles de personas con habilidades especiales, recibimos cotidianamente lecciones para mirar con otros ojos y escuchar con otros oídos a quienes están a nuestro lado, y que muchas veces, de manera invisible, nos hacen pensar en quienes son estas personas.
El mejor homenaje que todos los peruanos podemos hacerles a las Personas con Discapacidad es el reconocimiento de su creatividad y tenacidad. Ellas y ellos nos plantean la necesidad de cambiar nuestra actitud e incluso nuestros conceptos, como el de aprender a referirnos a ellos como Personas con Habilidades Diferentes. Este enfoque nos permite valorar aquellas habilidades que destacan en su personalidad. Debemos hacer esfuerzos para modificar la legislación nacional, que solo contempla la definición de personas con discapacidad, y recoger las conclusiones de la comisión especial del Congreso sobre discapacidad, con el objeto de mejorar las posibilidades de inclusión plena en la sociedad.
Por otro lado, debemos derribar los prejuicios y las barreras mentales y arquitectónicas. En ese sentido debemos identificar los locales públicos y privados de uso público que no cuentan con instalaciones accesibles para las personas con alguna discapacidad.
Mi identificación plena con el amor que dedican madres y padres de niños y niñas con habilidades diferentes para sentirse aceptados y queridos se debe a que lo he aprendido en mi propio hijo, quien tiene el Trastorno del Desarrollo del Espectro Autista. He aprendido a compartir con él sus alegrías y pesares, sus conquistas y limitaciones. A él, y a muchos testimonios de amigos y amigas con habilidades especiales, les debo mi compromiso profundo con esta causa. Y comparto el afán por contribuir al desarrollo científico de esa maravilla que es el mapa genético que nos permitirá conocer qué sucedió para ser diferentes.
No importa en qué posición estemos en la vida, lo válido es compartir el hecho de Defender la Diferencia. Y esa es la muestra de nuestro espíritu a favor de esta causa. Los retos son grandes para el Estado y para cada uno de nosotros, pero de todos y todas depende que sigamos cambiando esta dura realidad, que conlleva coraje personal y familiar para salir adelante. Como señala uno de los lemas del Centro Ann Sullivan, debemos hacer de lo imposible lo posible.
Mili
Mili
No hay comentarios:
Publicar un comentario